El proyecto busca reemplazar el centro educativo existente y duplicar su capacidad de 400 a 800 estudiantes. Ademas, el edificio ha sido diseñado con espacios flexibles para ofrecer varias posibilidades programáticas y así maximizar el impacto social que tendrá sobre la comunidad. Se dispone de más de 20 configuraciones espaciales dependiendo del uso que se le vaya a dar, incluyendo un mercado de productos comestibles, centro comunal, salón de eventos o refugio para situaciones de emergencia.
La paleta de materiales incluye madera, panelería de vidrio, paredes móviles, concreto y cerramiento metálico. Se utilizan estrategias pasivas de climatización para mantener los espacios internos frescos y ventilados naturalmente. El edificio tambien cuenta con las instalaciones necesarias para operar ‘off grid’.